TORTUGUERO








NOTA: El blog se debe de comenzar a ver por la "Introducción", bajo nuestro punto de vista, en la que situamos primero al lector (o visor de fotos) en el país descrito.


Nosotros no fuimos a Tortuguero, ya que estando alojados en la costa del Pacífico nos parecía mucho viaje para tan pocos días (teníamos referencia de 8 h.de viaje, aunque luego se ha visto que puede hacerse en unas 4 y 1/2 h.). Así que hablo por boca de unos compañeros de Madrid.

Al llegar les dijeron que para acercarse a Tortuguero debían coger una avioneta o una barca y lo vieron un poco complicado, además de que nadie les garantizaba que podrían dormir bajo techo. Ya nos había avisado un guía que ahora mismo no estaban entrando tortugas a desovar, que era difícil ver alguna. Les dieron la opción de quedarse en una islita cerca de Tortuguero a la que se accedía en una pequeña barquita: genial idea. Esta isla, Parismina de nombre, tiene una población de unos 800 habitantes (esto es lo que les dijo una señora, aunque el guía les había comentado que eran unos 450 habitantes), en la cuál tienen su propia policía, su propia escuela, su iglesia….., su sala con acceso a Internet, una sala de fiesta donde hacen baile los sábados, ...Vamos, absolutamente de todo.

Aquí llegan, igualmente, tortugas a desovar. La diferencia es que no es un lugar tan lanzado para los turistas, con lo cuál estuvieron solos y muy bien atendidos, alojados en un lodge familiar. La gente es extraordinariamente hospitalaria y te trata como si fueras uno más. Las personas que les atendieron les metieron en su casa y les enseñaron la comunidad en la que viven en la cual el trabajo está organizado sobre la marcha, lo que no es óbice para que cada uno atienda las responsabilidades contraídas. Nadie busca excusas para no hacer lo que debe: hacen guardias por la noche, ya que puede irse la luz, etc. No hay coches, la gente se desplaza a pie o en bicicleta. Tan sólo hay un par de tractores que son los que se encargan de hacer la limpieza de la isla.

El chico que les atendió les comentaba que vivía en San José, pero se quedó sin trabajo. Entonces se desplazó a Parismina y encontró el trabajo de su vida: cuidar de las tortugas y de la isla; además es el taxista y traslada a la gente de la isla al pueblo más cercano en su barca. Ahora mismo no lo cambiaría por nada, dice que esta es su vida y que es feliz. Su trabajo consiste en cuidar que las tortugas accedan a la playa sin que los turistas se lo impidan: pueden curiosear, pero desde la distancia (acuden de noche a desovar) y sin hacer ruido, no pueden usar flash y no pueden tocarlas. Una vez puestos los huevos (proceso que dura como una hora y sólo si a la tortuga le gusta el lugar donde llega), la tortuga se va y los deja solos. La gente de esta isla se ocupa de trasladar los huevos a un lugar más seguro y de ponerles una rejilla encima, de manera que no puedan comérselos los depredadores y que cuando nazcan no se escapen, y vigilan su evolución. Una vez se rompan, ayudarán a las crías a llegar al mar, donde estarán a salvo. Naturalmente el sexo de las tortugas se decide en función de la temperatura de la arena, es decir que toda la camada será del mismo sexo. Por esta razón, caso de haber pocas hembras, los huevos se llevan a una especie de incubadoras donde se les pondrá a una temperatura adecuada para que sean hembras, facilitando la reproducción y la no extinción de cada especie.

La mejor época para ver tortugas es septiembre y octubre, pero es cuando más llueve, por lo que habrá que ir equipado; preferible, traje de agua completo, pantalón y chaqueta, gorro de agua y botas de monte tipo Goratex, Nortontex o similar, que son totalmente impermeables y transpirables.

Para estos chicos, como experiencia personal, la mejor del viaje; como excursión, mejorable, ya que el viaje era muy largo, no estaban equipados para la lluvia tropical que les cayó encima esperando tortugas y sólo vieron una, que puso “pies en polvorosa” en cuanto los vio.

PENINSULA DE NICOYA












Cogiendo el ferry en Puntarenas llegamos bien a Playa Naranjo o a Paquera, en la Península de Nicoya. El viaje en barco, de casi dos horas de duración cruzando el golfo, es muy atractivo, empezando por la vista que deja Puntarenas atrás y seguido por todas las islas, prácticamente deshabitadas por el ser humano y totalmente ocupadas por gran variedas de aves, que encontramos a nuestro paso. Se nos hizo curiosa la amable estampa de la pareja, de cierta edad, que sale a bailar con música de la tierra, con cierta timidez, ya que son gentes muy tranquilas, no buscan llamar la atención, ni tiene su carácter ningún parecido con el caribeño. Al otro lado del barco, junto a la barra del bar, varios hombres atentos al partido de fútbol que disputa su equipo, el Puntarenas, disfrutándolo, comentándolo, pero sin sufrirlo. Nada que ver con la imagen de un grupo de hombres viendo el fútbol en cualquier rincón europeo...

El cambio a este lado del país es total, sobre todo en Paquera, donde hay gente pidiendo dinero, muchos “tomados” (borrachos), hay suciedad, ... la primera impresión es un poco desoladora. En esta zona se ve más pobreza y menos atención por parte del gobierno, ya que las carreteras son especialmente penosas, llenas de socavones y baches. Es por aquí donde podemos ver muchos nicaragüenses, que se distinguen de los ticos porque son más morenos que éstos.

Sin embargo, una vez se dejan las cercanías del ferry la belleza del paisaje sigue siendo la misma que en el resto del país y las fincas de sus habitantes, con sus vacas, cerdos, etc., bien cuidadas, ayudan aún más a mantenerla. Las casitas de Costa Rica, aunque modestas, dan una total impresión de acogida y despiden un halo mágico, posiblemente surgido de la misma selva que las rodea y del jardín de plantas tropicales que lucen en su entrada.

Ya de vuelta hacia Jacó, subiendo hacia el norte, podemos disfrutar, además, de una vista preciosa al cruzar el puente que cruza el golfo de Nicoya en su parte más estrecha.

P.N. VOLCAN POÁS, JARDINES Y CATARATAS DE LA PAZ



















Cerca de la llanura central, en la cordillera volcánica y a unos pocos kilómetros del pueblo de Poasito, llegamos al Parque Nacional del Volcán Poás, uno de los más grandes del país,activo pero en reposo, con un cráter entre los más grandes del mundo y a una altura de 2.750 mts.. Durante la ascensión al cráter el paisaje es simplemente precioso. Los pueblos que encontramos en este viaje son especialmente bonitos y muy típicos, y la gente es muy amable. En esta zona están localizadas grandes plantaciones de café. En los cafetales trabaja gente con pocos recursos y cobra en función a lo que recoge, teniendo, además, el handicap de que una de las serpientes más venenosas del país habita en esta planta, por lo que deben asegurarse de que no haya ninguna antes de proceder a la recolección del café, con el riesgo personal que esto supone y la pérdida de tiempo en su trabajo.


En un alto nos encontramos un niño en un puesto improvisado vendiendo cocotes. Están ricos, saben un poco a limón. Los pelamos para comer por el riesgo de contraer alguna enfermedad, aunque el niño nos dice que se comen con piel. Hoy es sábado, por eso puede estar aquí el niño, ya que el tema de la educación en Costa Rica está muy vigilado: el dinero que se emplearía en armamento, dado que es el único país de América sin ejército, se dedica a educación. Cualquier barrio dispone de una escuela y todos los niños están escolarizados. Hay campañas de escolarización para los niños de familias pobres. Sin embargo, colaboran en lo que pueden en la economía familiar, cuando no tienen clase; por ejemplo este niño atiende solo el puesto de fruta. El gobierno pone, además, a disposición de las familias sin medios casas que deben mantener en posesión durante 15 años y que luego podrán vender si quieren. Sólo hay que acreditar que la familia no tiene ingresos suficientes para comprar una vivienda.

Llegamos a la entrada al parque y hay que hacer un recorrido de unos 700 mts. hasta el cráter activo, con su lago caliente, de agua verde sulfurosa y con grietas de las que emerge sulfuro (están amarillas y sale vapor de ellas). La periferia del cráter no tiene vegetación, como es natural, y está formada por lava de las últimas erupciones.

Encontramos un paseo idílico que han llamado “la ruta del canto de los pájaros” y cuyo nombre lo dice todo. Este conduce al cráter inactivo del volcán, convertido en un lago frío que habitualmente está cubierto por las nubes, pero es cuestión de un poco de paciencia, ya que se destapa y vuelve a cubrir continuamente, según el día que haga. Es preferible la época de lluvias para verlo descubierto, al contrario de lo que se pueda pensar, ya que en verano hace más calor, lo que hace que con la humedad se cree más niebla, que cuesta más levantar.

Asoman, curiosas, las ardillas.

Este paseo es mágico, muy húmedo, eso sí (la temperatura en este parque puede ser más baja, debido a la altura, pero al despejar las nubes sube el calor. Sorprende la actitud de los colibríes, que se dejan ver primero con precaución, pero si se mantiene una actitud silenciosa, les puede la curiosidad e incluso buscarán ellos que les prestes atención. Son como pequeñas haditas, de muchos tipos, que vuelan muy rápido, bien fijos en el mismo lugar o bien saldrán disparados. Pueden incluso ponerse detrás de tu cabeza y piar para que te dés la vuelta. Les atrae mucho la luz, por lo que es fácil que se lancen contra la cámara de fotos cuando les estás fotografiando.

Una curiosidad en Costa Rica es que la gente conoce este dato, por lo que colocan pegatinas con forma de pájaro grande en los cristales de sus casas, ya que los colibríes les temen (muchos se alimentan de estos al ser tan pequeños) y no se extreyarán contra ellos. Los ticos no tienen mentalidad ecológica, sino que, simplemente, viven integrados en la naturaleza. Es curioso, sin embargo, la cantidad de perros vagabundos que hay. En general viven más o menos felices, montando cuadrillas, pero las perritas sufren más cuando tienen cachorrillos, ya que la falta de comida y, probablemente, malos partos, las dejan maltrechas y albergan más parásitos y enfermedades.

Además de colibríes se dejan ver y, sobre todo, se dejan escuchar decenas de pájaros. Dado el talante del tico, los pájaros no ven a las personas como depredadores, por lo que se acercan sin miedo, aunque con la lógica prevención. Es un lujo este camino.

Como colofón se puede coger alguna piedra volcánica; mera curiosidad.

Nuestra gran pena: no hemos conseguido ver al quetzal.

En cuanto a las cataratas y jardines de la paz, las podemos encontrar de vuelta, en el descenso de la ladera del volcán. Se ha construido un conjunto, muy bonito, de jardines con comederos para colibríes, serpentario, ranario, aviario, jardín de orquídeas (hay más de 1.200 especies de orquídeas en Costa Rica), casa tica típica, recinto de grandes gatos, etc., que conducen hasta las cinco Cataratas de la Paz, un entorno con una poesía y un encanto totales, de donde no apetece salir.

Te devolverá a la realidad el conductor del autobús de regreso a la entrada al parque, con su temeraria forma de conducir.

PARQUE NACIONAL DE CARARA













<





Antes o después de la visita a este parque es recomendable acercarse hasta el “puente de los cocodrilos”, como se conoce al puente que pasa sobre el río Tárcoles, en dirección a Orotina. Este es el lugar desde el que se puede observar a los cocodrilos, que “posan” plácidamente bajo él. Estos cocodrilos son más pequeños que los del Nilo (estos pueden medir hasta 2.50 mts., se supone, ya que los reptiles no dejan de crecer en toda su vida) y, en principio, menos peligrosos. No es normal que ataquen a las personas, salvo que te metas en su territorio y te topes con un macho dominante o con una hembra con crías.

En relación al parque de Carara, comentar que es un “paseo por la selva”. Se puede hacer más o menos largo, al gusto del consumidor. Recomendable ir con guía, bajo mi punto de vista, a no ser que se sea una persona muy preparada en flora y fauna, ya que sin él no te enteras de mucho. El guía te va a comentar qué árboles y plantas estás viendo, características de éstos, te avisa cuando asoman los animales, te explica cuáles son, te indica dónde hay huellas y de qué animal son, etc. Para quién guste de enterarse de todos estos datos, sin duda hay que ir acompañado. De otra manera es posible ver animales, sobre todo las famosas hormigas corta-hojas, esas hormiguitas que siempre desfilan en fila india con un trozo de hoja sobre la cabeza, agarrado con sus pinzas delanteras. Cortan trozos de la hoja de un árbol en particular, que pueden llegar a tener hasta 10 veces su peso, y los llevan a su hormiguero, donde los depositan y dejan que se pudran. Aquí crecerá cierto hongo del cuál se van a alimentar; es decir, que son agricultoras. Los hormigueros son gigantes, comparados con los de Europa, por ejemplo.

También se pueden encontrar ranitas venenosas, pájaros carpinteros, gallinas de monte y decenas de otros tipos de pájaros, mapaches, ... Hay muchos tipos de hongos, como el velo de novia, seta muy llamativa. Entre la flora destacan las higueras, que llaman la atención por sus jambas o patas con las que mantienen la estabilidad en el suelo, ya que sus raíces no profundizan, al encontrar agua y nutrientes en la superficie, supongo, que por lo que llueve y porque el suelo está formado por una capa de lava (todo el país es de origen volcánico). También son frecuentes y extravagantes el bambú gigante, los helechos, etc.

CURIOSIDAD: Costa rica es un país con un elevado número de especies endémicas (se conocen solamente en esta región o país), tanto en flora como en fauna. Carara es uno de los parques en dónde habitan varias de las plantas endémicas. La región del Pacífico Central podría considerarse, según expertos, una de las regiones nacionales de alto endemismo en flora.


Se trata de bosque húmedo, por lo que es muy habitual que esté lloviendo en él, sobre todo en la estación húmeda. Si durante la visita no lo está, seguro que lo vais a encontrar con mucho barro y la humedad ambiental es muy alta, además del calor. Recomendable para esta excursión: botas de monte (pueden aparecer serpientes; de hecho es relativamente habitual encontrarse con alguna serpiente de terciopelo, de las más grandes y venenosas del país. También está la falsa terciopelo, que se parece mucho, aunque es más pequeña, y no es venenosa), ropa ligera, preferible pantalón largo, ya que con tanta humedad hay muchísimos mosquitos, que aprovechan el mínimo trocito de piel sin repelente para atacar, repelente para los mosquitos, sin olvidar, y cámara de fotos; el paseo por la selva, sin más, es impresionante. Fijarse en las diferencias de alturas de las plantas rastreras, plantas de media altura, árboles. Atención a las lianas, que crecen desde el suelo, trepando por los árboles hasta alcanzar las copas, o bien nacen parásitas, sin necesidad de suelo, directamente en zona donde llega el sol y luego se descuelgan buscando el suelo.

CURIOSIDAD: Sabeis que la edad de los árboles se puede conocer contando los anillos concéntricos que se ven en el corte transversal de su tronco, ¿verdad? Pues en Costa Rica no puedes saber cuántos años tiene un árbol de esta manera, ya que estos anillos se van formando uno por cada invierno, es decir, cada vez que el árbol siente la cuarta estación, la fría, del año, cosa que no ocurre en Costa Rica al tener una temperatura más o menos estable todo el año. Se van formando anillos en su tronco, pero no indican nada en concreto.

Hay que evitar hacer ruido, ya que el sonido de la selva es muy sugerente. Además es más fácil que no se asusten los animales. Preferible una hora de la mañana no demasiado temprana, ya que hasta que el sol no caliente un poco el suelo no despertarán los reptiles e insectos y, a continuación, el resto de los animales. Tampoco hay que esperar a que caliente demasiado ya que para entonces los animales empezarán a buscar cobijo en zonas más frescas y cesará la actividad de la selva (de 8.00 a 10.30, por ejemplo, en agosto, es buena hora, según el día que haga).
En general, en cualquier tipo de selva, ya sea seca, húmeda o de transición, es preferible mantener una actitud relajada y lo más silenciosa posible, por respeto al medio ambiente, a sus habitantes, y para poder disfrutar más de ello.

CURIOSIDAD: En Costa Rica existen unas 136 especies de serpientes, de las cuales sólo18 son venenosas. Para distinguir una serpiente venenosa hay varias formas, según la especie:
- Por la forma de la cabeza: triangular.
- Por pupila vertical de los ojos, como los gatos.
- En el caso de la coral (venenosa) y falsa coral (no venenosa), ambas tienen una serie de anillos de distintos colores a lo largo del cuerpo. La coral lleva el orden de los colores siguiendo el “modelo RANA” : rojo, amarillo, negro, amarillo: el amarillo puede ser blanco. La falsa coral nunca tiene el anillo rojo junto al blanco o amarillo, sino que irá uno negro en medio.
- Por su tipo de dentadura: la venenosa tiene los colmillos con los que inyecta el veneno retrasados con respecto al comienzo de la boca y hacia atrás, de manera que una vez muerde y la víctima trata de soltarse, lo que hará es inyectar más veneno.
- Sin embargo, estas normas sólo valen para ciertas especies. La condición obligada e imprescindible(si y sólo si) para que sea venenosa es que tenga dos orificios entre los ojos y las fosas nasales, las fosetas loreales, que sirven para captar el calor desprendido por los animales de sangre caliente.

El veneno puede ser de varios tipos: el que actúa sobre la sangre (hemolítico, proteolítico o coagulante), que destruye los glóbulos rojos o las proteínas o que impide la coagulación , y el que lo hace sobre los neuroreceptores (neurotóxico), es decir, en los centros nerviosos. En este caso, lo normal es que, al paralizarse los músculos, se sufra un ataque cardíaco. Caso de sobrevivir a éste, será cuando el veneno llegue al cerebro, que sufrirá grandes daños.

PARQUE NACIONAL DE MANUEL ANTONIO















Para llegar a este parque paramos primero en Quepos, típico pueblo costero tico. De camino hemos podido contemplar grandes plantaciones de palma, principalmente destinada a la exportación, en principio como aceite de cocina, cosa que no es cierta, ya que no es nada bueno. Se emplea, más que nada, en cosmética. La planta es productiva unos 7 u 8 años. Luego se le inyecta gasolina para matarla y se planta un indivíduo nuevo bajo ella. La planta joven precisa sombra, que se la proporciona la que va muriendo, mientras que la adulta, para ser productiva, necesita del sol, que obtendrá una vez retirada la vieja.

En la época lluviosa habremos pasado también por plantaciones de arroz, que en la seca serán melonares.

El parque precioso, combinando de una manera espectacular agreste selva, playa de arenas blancas y un mar más bien tranquilo, de aguas cálidas.

Lugar ideal para el avistamiento de muchos de los animales. Una pega, desde mi punto de vista: muy turístico. Se dan las condiciones para visitas más numerosas y da un poco la sensación de estar en un zoo. Los animales que más expectación levantan se sabe de antemano dónde aparecerán, con lo cuál da la sensación de que están enjaulados, en vez de en su selva. Pero es una apreciación personal.

Animales más fáciles de ver: monos carablanca, perezosos de 2 y 3 dedos, mapaches, muchas variedades de pájaros, alguna tortuga de agua, la salamandra jesucristo, ... y, por supuesto, la iguana (como el garrobo negro), reptil más que habitual en Costa Rica, en particular, y en Centro América, en general. El garrobo macho se diferencia esencialmente de la hembra por su larga cresta en la parte alta del lomo y hacia la cabeza. No se les hace ningún favor a los animales alimentándoles, sino al contrario. Cada uno tiene su régimen alimenticio natural que debemos respetar.

La playa espectacular: es obligado el baño en sus cálidas aguas. En estas playas la arena es blanca y fina, tipo Caribe, y el mar está bastante tranquilo.

CURIOSIDAD: El mapache es un animal nocturno y, sin embargo, en Manuel Antonio es el único lugar en donde ha cambiado a hábitos diurnos, con la esperanza de sacarles algo a los visitantes.